Dialectic and reasoned foundation, origin of the work
Al parecer, sin referencia o conocimiento de alguien que nos hubiera informado con anterioridad, hemos aterrizado en la vida para participar de un juego del que nada sabemos, ni dominamos, ni entendemos, y dentro de esa ignorancia en un momento dado nos percatamos de estar instalados sobre un gran tablero participando a la par con múltiples jugadores, en cuyo reglamento reinan como habituales pautas la competitividad, la estrategia y la habilidad para el engaño. En él no encontrarás más apoyo y complicidad que aquellos seres más próximos a tu familia (y es un decir, pues en algunos casos es en tu propia familia donde aparece el mayor enemigo). En este contexto, te prestas a prepararte durante un largo periplo a fin de lograr el suficiente conocimiento como para defenderte, ubicarte y encontrar un lugar en el que sentirte seguro o realizado y a luchar contra adversarios que nunca antes tuviste, jamás deseaste y ni tú mismo creaste (esos se irán incrementando sin quererlo a lo largo de la partida), procurando vadear de la mejor forma posible los obstáculos y las zancadillas que encontrarás por el camino e incluso en urdir un plan de choque que te funcione, en ello te irá la vida. En la medida de lo posible, se te adjudican una especie de tutores que serán quienes te doten de ciertos medios para entender las normas básicas del funcionamiento y a participar con cierta decencia en dicho juego. Pero al poco tiempo descubres, cuando consigues adquirir cierto grado de preparación e intentas jugar por cuenta propia, que comienzas a acumular empujones, golpes y descalificaciones por todos lados, corroborando con ello que la preparación que has recibido nada o poco tenía que ver de parecido con la vida real. No queda pues más que empezar a desprenderte de todo cuanto has descubierto para espabilar y avanzar en esta lucha por imponerte, en un intento por hacerte fuerte de "motu proprio". Descubres que la mejor forma de progresar y mantenerte en pie es, no únicamente tratando de defenderte, sino lanzando el ataque antes de que el resto de individuos tan siquiera se lo plantee una vez llegado el momento de encontrarse cara a cara. Comenzarás a desprenderte, si la situación lo requiere, de todos aquellos que te vas encontrando por el camino, estén o no dentro de la ortodoxia de ser considerados como un elemento bueno o malo sin distinción (no ha lugar para pensar de manera selectiva, y menos aún para tener contemplaciones que debiliten tu sensibilidad), para evitar caer en la duda de si ellos serán los primeros que ejercerán el mal o daño alguno sobre tí. Cuanto menos selectivo eres más cruel te vuelves y cuanto mejor te relacionas con aquellos que menos escrúpulos tienen mejor funcionará tu táctica, dotándote así de más probabilidades para ganar la partida. El problema es que no se dispone de tiempo alguno para experimentar sobre el error, se juega a única partida, los errores se pagan caros, pero la pérdida de oportunidades también, lo cual te llevará a pensar que en ningún caso habrá posibilidad para el arrepentimiento en la elección, tanto para lo uno, como para lo otro. Este parece ser el único modo de alcanzar lo más alto del escalafón, de ser quien decide sobre lo que es justo o injusto, lo sano o lo nocivo, e incluso de lo que se ha de considerar como verdadero o falso, lo cual se logra únicamente cuando tienes en tus manos la capacidad para hacer que el resto de los jugadores, todos los peones del tablero, hagan sólo y exclusivamente lo que tú decides. ¡Así de fácil son las cosas!... y bien sea envuelto en una manera u otra, a esto es lo que hemos acabado por denominar el éxito, y que sirve para cualquiera de las facetas de nuestra vida.
“Los valores bajo los que se sustenta nuestra sociedad nacen del materialismo puro. El pragmatismo y los intereses materiales son la única y fundamental ambición en torno a lo cual todo gira. Las imperfecciones en el comportamiento y las pautas del ser humano son la consecuencia extrema de asociar hedonismo y materialismo y esto es lo que analiza esta serie de obras.”