Dialectic and reasoned foundation, origin of the work
A pesar de que muchos se empeñen en establecer la vida como una lucha diferenciada entre enemigos, la violencia no tiene género, ni base sólida alguna que lo justifique. El acoso y el maltrato doméstico en todas sus facetas y las consecuencias a las que conducen tienen su origen principalmente en una nula, deficiente o pésima educación familiar y cómo no, también es debido a una mala resolución legislativa derivada de unas leyes insuficientes, incompetentes e ineficaces, es por ello una responsabilidad social tanto como familiar, una asignatura aún pendiente que permanece obstaculizada ante la falta de valor y del aporte de una visión global carente de prejuicios entre los gobernantes, añadido todo ello a la repercusión popular que generaría entre los acomodados al tren del feminismo o el machismo trasnochado una sentencia contraria a sus intereses. Intentar clasificar a los individuos entre varones y hembras estigmatiza a un grupo de población que no siempre siente la necesidad de participar de los extremos, del mismo modo que predefinir ciertas labores como aptas y adecuadas mejor para una cierta orientación sexual. Esto crea roles y estereotipos que en ningún caso definen a la mayoría de la población. No existe ni ha de existir el sexo fuerte ni el sexo débil, esa cualidad va intrínseca a la formación, al espíritu, a la mentalidad y a la genética de cada individuo y resulta tan discriminatoria cómo el hecho de seleccionar o establecer preferencia entre colores por sexos. Los organismos reguladores hacen prevalecer los intereses y privilegios de un género sobre otro según su genética y en esa resolución de desigualdad radica parte del fracaso de la futura vida amistosa entre individuos una vez finalizada la relación de pareja. Educar a los hijos en actividades que desarrollen la potencia y la fuerza con marcada diferencia entre sexos prioriza y favorece facultades de unos individuos por encima de otros. Esas facultades por supuesto dotan a cualquiera de clara ventaja cuando pretende alcanzar ciertos fines imponiéndose por la fuerza, más aún si se trata de un individuo varón al que culturalmente se le ha venido adjudicando históricamente dicho rol. A lo largo del tiempo el núcleo familiar ha funcionado bajo la autoridad de un patriarcado y esta herencia es la que ha prevalecido, pero los roles están cambiando y hoy por hoy lo inteligente es llegar a una relación de pareja en el cual resulte fácil consensuar labores sin predominio de ninguna de las partes, más bien por acuerdo mutuo, esa es la única manera de que todos ganen.
"Nuevos planos emergen del horizonte en cuanto a la relación entre personas se refiere. La sociedad demanda cambios que incluyan una amplia visión de horizontalidad y profundidad que en ningún caso se disperse entre insignificancias y trivialidades"
“Los valores bajo los que se sustenta nuestra sociedad nacen del materialismo puro. El pragmatismo y los intereses materiales son la única y fundamental ambición en torno a lo cual todo gira. Las imperfecciones en el comportamiento y las pautas del ser humano son la consecuencia extrema de asociar hedonismo y materialismo y esto es lo que analiza esta serie de obras.”